Ganadores del Premio Geológico

En el 2005 el premio fué para Percy Denyer quien ha hecho grandes contribuciones a la geología de Costa Rica, en especial a la geología en la Península de Nicoya.

En el 2008 el premio fué entregado debido a la valiosa labor realizada por la asociación de geólogos.

En el 2009 el premio lo recibió el doctor Guillermo Alvarado por sus contribuciones a la vulcanología de Costa Rica.

En el 2012 la receptora fué Ileana Boschini, quien ha sido una geóloga dedicada a las labores sismológicas dentro del ICE.

En el 2013 el premio fué entregado a Rolando Castillo quien ha hecho grandes aportes a la geoquímica con investigaciones personales a nivel nacional.

En el 2015 se premió a Sergio Mora por sus trabajos a nivel nacional e internacional relacionados con la gestión del riesgo y la prevención del mismo a nivel geológico así como aportes en geotecnia.

Para el 2017 se premió a Walter Montero y Luis Diego Morales en representación de todas las personas involucradas en la Red Sismológica Nacional y sus aportes a la sismología nacional.

Y finalmente para el 2019 los receptores fueron Ana Lucía Valerio y César Laurito por sus investigaciones en paleontología nacional.

Congreso Geológico 2022

Información de interés relacionado al XIV Congreso Geológico de América Central y VII Congreso Geológico Nacional Costa Rica, por celebrarse del 28 de junio al 1 de julio, 2022

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Mujeres en la Geología

Etheldred Benett

En 1836, la Sociedad Imperial de Historia Natural de Moscú aceptó como nuevo miembro a un inglés experto en fósiles. El zar Nicolás I promovió al recién llegado al título de doctor honoris causa en Derecho Civil por la Universidad de San Petersburgo. Todo el proceso casi terminó en un problema de política internacional cuando se descubrió que el nuevo miembro de esa sociedad era una mujer.

La experta en fósiles era Etheldred Benett. Por su nombre poco común, a menudo era tomada por un hombre. A esto se unía el hecho de que nadie podía pensar que una señorita se dedicara a la búsqueda y clasificación de fósiles. Muy pocas hacían ciencia y, las que lo hacían, eran poco conocidas.

Así que los oficiales rusos dieron por hecho que su género era masculino. La misma Benett comentó que «los científicos, en general, tienen una opinión muy baja de las habilidades de mi sexo». Pero por la confusión del zar, Etheldred Benett fue doctora en una época en que las mujeres no podían acceder a la universidad.

El trabajo independiente de las geólogas en el siglo XIX comienza, probablemente, con ella. Ha sido descrita como «la más distinguida de las primeras mujeres que trabajaron en geología» de Gran Bretaña. Dedicó su vida a los fósiles, a la recogida de muestras, a su colección y, en último término, a la ciencia. Su colección de fósiles era interesante para los expertos de la época. De hecho, todavía se cita para el conocimiento de la evolución de muchos grupos de invertebrados.

Etheldred Benett

Silueta de Etheldred Benett | Fuente: mujeresconciencia.com

Katia Krafft

Katia y Maurice Krafft | Fuente: Wikipedia

Katia Krafft

¿Os imagináis tener una vida llena de aventuras? ¿Y visitar los volcanes más peligrosos del mundo? Así fue la de Katia Krafft, una vulcanóloga francesa que dedicó toda su existencia a analizar estas estructuras por las que emerge el magma del planeta.

Estudió en la Universidad de Estrasburgo, donde se especializó en física y geoquímica. Allí conoció al que sería su marido y compañero, Maurice. Viajó con él por todo el mundo en busca de volcanes activos. El fin era filmarlos, fotografiarlos y analizarlos.

Los Krafft fueron vulcanólogos importantes gracias a la difusión del conocimiento. El trabajo de la pareja sobre volcanes fue muy importante para la comunidad científica. Sin embargo, su reputación no solo se basa en eso. Para ellos era necesario expandir esa información de todas las maneras posibles. Los Krafft eran tan activos como los volcanes que estudiaban. Y querían hacer ver al mundo lo impresionantes que resultan estos fenómenos geológicos.

Sus vidas terminaron de forma prematura. Murieron, junto a cuarenta periodistas que cubrían las erupciones del Monte Unzen, en Japón, a causa de un flujo piroclástico. Fueros unos científicos apasionados de su profesión que nos dejaron un legado comparable al tamaño de un volcán. Más de 300.000 fotos, 300 horas de vídeo, 20.000 trabajos geológicos y unas 6.000 litografías y pinturas antiguas.

Inge Lehmann

Todos sabemos que nuestro planeta está formado por diferentes capas: la corteza, el manto y el núcleo. Sin embargo, pocos conocen el nombre de Inge Lehmann, la sismóloga danesa que descubrió la discontinuidad que separa el núcleo externo del interno.

Fue llamada discontinuidad de Lehmann y fue, sin duda, su mayor descubrimiento. Esta discontinuidad sísmica fue descubierta en 1936 y demostró que existía un límite entre lo que hoy conocemos como el núcleo externo líquido y el núcleo interno sólido de la Tierra. El descubrimiento fue de gran importancia, ya que, hasta entonces, se creía que la Tierra era hueca.

Gracias a las ondas sísmicas producidas por los terremotos, Lehmann publicó el artículo científico titulado «P». Con él, confirmaba su teoría y se ganaba el merecido respeto de la comunidad científica. Durante toda su vida se volcó en el mundo de la geofísica. En 1971 ganó la medalla William Bowie, la máxima distinción de la Unión Geofísica Americana, siendo la primera mujer en recibir ese galardón.

Inge Lehmann | Fuente: Wikipedia

Inge Lehmann | Fuente: Wikipedia

Mari Morisawa | Fuente: mujeresconciencia.com

Mari Morisawa | Fuente: mujeresconciencia.com

Mari Morisawa

Esta geomorfóloga estadounidense de ascendencia japonesa fue una de las impulsoras de la revolución que su campo experimentó en las décadas de los 50 y los 60. En esos años pasó de ser una disciplina meramente descriptiva a dotarse de técnicas y herramientas cuantitativas que permitieron hacer análisis estadísticos del impacto de sus distintos fenómenos.

Como parte de sus investigaciones, estudió la geomorfología de los ríos, el impacto de los movimientos de las placas tectónicas y las amenazas y los riesgos geológicos, entre otras muchas cuestiones.

Durante su carrera, se interesó en un amplio espectro de fenómenos, como terremotos, corrimientos de tierras, inundaciones y actividad volcánica. También en otros aspectos de la geomorfología, como las placas tectónicas o el examen de las costas. Todo esto sirvió para iniciar el estudio de la geomorfología ambiental, es decir, cómo los elementos ambientales influyen en la forma de los paisajes y sus materiales.

Obtuvo muchas becas y premios a lo largo de su carrera. Se sentía especialmente orgullosa del reconocimiento como Alumna Distinguida de la Universidad de Wyoming. También del Premio como Educadora Sobresaliente de la Asociación de Mujeres Geocientíficas.

Además, fue vicepresidenta de la División de Geología y Geomorfología del Cuaternario, perteneciente a la Sociedad Geológica de Estados Unidos. Pero fueron la dedicación a la enseñanza y sus estudiantes lo que más satisfacción personal le reportó.

Marie Tharp

Desde la antigüedad, tuvimos constancia de los océanos y mares. Pero nos era totalmente desconocido el enigma que guardaba el fondo marino. El mundo tuvo que esperar hasta el siglo XX para descubrirlo. Ese avance vino de la mano de Marie Tharp. Ella nos condujo al entendimiento de la geología y la geografía de nuestro planeta. Fue la persona que creó el primer mapa del suelo oceánico.

Tharp desarrolló un sistema de colores para pintar los mapas. Rojo para la zona volcánica, azul para la de llanuras abisales. Y púrpura para las dorsales oceánicas. Siguió trabajando durante veinte años con datos de expediciones oceánicas que se hicieron más tarde. El resultado de ese gran trabajo de documentación vino en 1977, cuando presentó el mapa mundial del fondo oceánico.

En palabras de esta gran geóloga: «Yo tenía un lienzo blanco para llenar con extraordinarias posibilidades. Un rompecabezas fascinante para armar. Eso era una vez en la vida, una vez en la historia del mundo. Fue una oportunidad para cualquier persona, pero especialmente para una mujer de la década de 1940″.

Marie Tharp | Fuente: Columbia University

Marie Tharp | Fuente: Columbia University

(1779-1847), de Gran Bretaña

(1779-1847), de Gran Bretaña

Mary Ann Anning

Fue una de las más notables recolectoras de fósiles en el comienzo del siglo XIX. Al final de su vida fu enombrada primer Miembro honorífico del nuevo Museo del Condado de Dorset. Muchos de sus descubrimientos y conocimientos, especialmente sobre anatomía y clasificación de lso dinosaurios y peces fósiles, fueron incorporados a sus colaboradores o geólogos con los que colaboraba, a pesar de lo cual llegó a obtener una gran fama en toda Europa en donde se la conocía como la cazadora de fósiles.