Inexactitudes del artículo “La falacia de la exploración de gas natural y petróleo para reactivar la economía”

Por: Mihaela Dobrinescu

El artículo de Cristiana Figueres y Alberto Trejos, publicado el 22 de noviembre, “La falacia de la exploración de gas natural y petróleo para reactivar la economía”; contiene importantes inexactitudes, por lo que el Colegio de Geólogos de Costa Rica se ve obligado aclarar varios aspectos claves ante la opinión pública, ya que los profesionales antes mencionados no son expertos en el tema de la exploración de gas natural y petróleo.

Varias compañas de exploración en el territorio nacional por empresas transnacionales (Gulf Oil Co., Unión Oil Co. y Elf Aquitaine de Francia), y bajo convenios entre RECOPE y otras empresas internacionales como PEMEX, Petrocanada, Banco Mundial, Statoil de Noruega (hoy Equinor), pusieron en evidencia que en Costa Rica se cuenta con al menos dos categorías de petróleo y reservas potenciales importantes de gas natural de una excelente calidad.

Los resultados de estas campañas exploratorias se integraron además en numerosos estudios científicos (uno de ellos realizado por la prestigiosa empresa internacional Western Atlas International) que generaron resultados optimistas y que condujeron a la localización de 10 zonas de interés potencial de hidrocarburos para desarrollar exploraciones de detalle, con el fin de comprobar y ubicar la existencia de yacimientos comerciales de petróleo y gas natural.

Es trascendental en esta discusión tener un claro entendimiento de la dinámica de la actividad investigativa que conlleva el descubrimiento y producción de un yacimiento de petróleo y/o gas natural. Para ello, se desarrollan tres etapas: prospección (con una duración de 1-2 años), exploración (con una duración de 2-3 años) y producción (que dura hasta que concluya la vida útil del yacimiento). Dentro de la etapa de producción se contempla el desarrollo del yacimiento para su puesta en producción, que en la práctica no supera un año.

Es importante tener claro que dentro de este escenario, la realidad de la investigación en las 10 zonas de potencial en Costa Rica, es que superaron en totalidad las etapas de prospección y exploración regional quedando pendiente únicamente la etapa de exploración de detalle, que en la práctica no supera 1 año de duración.

Por lo tanto, los tiempos, la cronología señalada y los modelos financieros y contractuales descritos en el artículo mencionado no son reales y mucho menos apegados a la realidad científica y operativa nacional, lo que induce al lector a un error.

Entre los beneficios de exploración, producción y exportación de hidrocarburos se encuentra una altísima generación de recursos fiscales, no fiscales y de divisas para satisfacer las crecientes necesidades económicas y sociales con responsabilidad ambiental, como lo hacen en otros países como Noruega.

Y así lo señaló el ex Ministro de Ambiente y Energía, Carlos Manuel Rodríguez el 9 de noviembre del 2019, en el X Congreso Nacional de Empresarios del Combustible:

  • “La tecnología de hoy para extraer petróleo y gas natural nos da total y completa certeza de que se puede hacer con cero impactos ambientales. Ahí no veo ningún problema en absoluto”.
  • “El país tiene las capacidades. Eso para mí no es un problema”.
  • “Que vamos a seguir consumiendo petróleo sí, es cierto”.

Con el planteamiento de los señores Trejos y Figueres, Costa Rica se vería privada de los múltiples beneficios que genera esta actividad, y que por el contrario transfiere a otros países mediante las importaciones de derivados del petróleo (el consumo petrolero del país ya representa casi las dos terceras partes del consumo energético nacional con una tendencia creciente).

La industria de los hidrocarburos representa un alto impacto positivo en el desarrollo de un país cuando los recursos son ejecutados de manera correcta. Así lo han demostrado numerosos países entre ellos Noruega e Israel, donde el desarrollo de estos dos recursos naturales genera gran riqueza nacional y simultáneamente potencia también el desarrollo de las energías renovables.

Otra de las inexactitudes importantes tiene que ver con las proyecciones de consumo. Si bien es cierto que el petróleo, dentro de la matriz energética mundial, reduce lentamente su participación en el tiempo, el gas natural la incrementa rápidamente y llegará a desplazar al petróleo del primer lugar.

Por lo tanto, todavía falta mucho para descartar al petróleo como lo hacen los autores del artículo y mucho menos al gas natural, que se convertirá en la principal fuente de energía del mundo.

Lo anterior es confirmado por las proyecciones de consumo energético mundial estimado por organizaciones internacionales de gran prestigio como el Word Energy Council, la International Energy Agency (IEA), el US Energy Information Administration (EIA) y compañías como ExxonMobil y BP para 2040 y 2060.

Como materia prima no energética, el petróleo y el gas natural siguen aumentando su participación en la industrias petroquímica, biomédica, farmacológica, cosmética y agroquímica (fertilizantes, etc.), todas ellas más limpias, eficientes y con mucho mayor valor agregado, además indispensables para la salud y la vida del ser humano.

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